jueves, 24 de enero de 2013

EL SECRETO DEL ORIENT EXPRESS.

El Trío Beta es un grupo de murciélagos muy intrépidas, a las que le gusta la aventura. Su dueña se llamaba Sam, Su padre el señor Sherlock, no sabía nada de aquellas pequeñas.
             Un día cuando era el cumpleaños de Sam, su padre la estaba esperando en la cocina para darle su sorpresa de cumpleaños. El regalo que le tenía preparado era muy especial. Cuado la pequeña lo abrió, estalló de alegría. Eran unos billetes de tren para el ¡ORIENT EXPRESS!  
             Al día siguiente ya estaba todo preparado las maletas y sobre todo la bandolera en la que las murciélagas se escondían. Cuando entraron en el tren fue alucinante, todo era muy bonito y con un aspecto antiguo. Su cabina era amplia y agradable. De repente alguien llamó a la puerta era la compañera de la cabina de alado, se llamaba Melissa una fotógrafa muy agradable. A la hora de comer, en el vagón restaurante Sam y su padre se sentaron en una mesa junto a Melissa, en ese momento llegaron dos viejecitos que habían conocido en el andén la señora Elvira Flanellis y su marido el señor Egisto Flanellis. El señor era un poco olvidadizo. Bob el padre de Sam. Los invitó a sentar.  Lo extraño era que Había un pasajero en la cabina número nueve que aun no había dado señales de vida. De repente llegó un chico llamado Manuel de la Flor. El era la misteriosa persona de la cabina número nueve, que se sentó también a la mesa .Melissa al instante empezó a echarle piropos. Cuando llegaron los entremeses todos se relamieron los dedos de la buena pinta que tenían, era una tabla de quesos, la había traído una camarera muy simpática llamada Úrsula, era de Alemania. Cuando se prepararon para coger un pedazo salió una persona de la cocina corriendo y gritando. Era el chef Manoplas que les quería decir que no se podían comer los quesos podían comerse aquellos quesos porque siempre se servían al final.
         Al día siguiente el tren se estaba dirigiendo hacia Alemania concretamente a Munich. Cuando llegaron todos bajaron del tren para visitar la ciudad. Todos se pusieron en camino excepto Manuel que decidió quedarse en su cabina.
             Las chiquillas decidieron ir a estirar las alas pero el resto del grupo prefirió ir a ver como el gran reloj daba las campanadas de las doce. En la guía turística decía que era todo un espectáculo que dentro de la torre había unas figurillas que cada hora salían para hacer un espectáculo.
            Cuando las chicas estaban volando pudieron ver como Melissa entraba en una tienda, se había separado de el grupo. En unos minutos las chicas ya estaban mirando la representación. Unos días más tarde después de visitar diversas ciudades pasó algo inesperado habían robado una planta que tenia Manuel en su cabina. Lo extraño era que esa era el único tulipán con olor del mundo...

si queréis saber quien lo robó tendréis que leer el libro. Yo le doy del 1 al 5 un 5

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